Aprender inglés no es solo memorizar palabras o entender reglas gramaticales. Es también enfrentarse a miedos internos, a expectativas poco realistas y, a menudo, a una autoexigencia que nos bloquea más que ayudarnos.
¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo?
«Soy un desastre.»
«Nunca lo lograré.»
«No hago nada bien.»
Estos pensamientos son más comunes de lo que imaginas, y muchas veces son los verdaderos obstáculos que nos impiden avanzar, mucho más que el idioma en sí.
Hoy quiero contarte una historia que puede reflejar tu propia experiencia y ofrecerte una herramienta sencilla pero poderosa: un mantra que te liberará de la necesidad de ser perfecto y te ayudará a aprender de una vez por todas con paz, alegría y confianza.
Laura y el miedo a ser imperfecta
Laura siempre había soñado con hablar inglés con fluidez. Soñaba con viajar, con ver películas sin subtítulos, con hacer amigos de todo el mundo. Pero cada vez que empezaba a estudiar, algo pasaba: la ansiedad, el miedo a equivocarse, el sentimiento de no ser suficiente aparecían como un muro enorme frente a ella.
En su mente, sonaban frases como:
«No entiendo nada, soy un desastre.»
«Nunca seré capaz de hablar bien.»
«Me equivoco demasiado, no valgo para esto.»
Laura creía que para aprender inglés tenía que hacerlo todo perfecto: no cometer errores, no olvidar palabras, entender todo a la primera. Cada pequeño fallo lo vivía como una prueba de que no servía para aprender.
Un día, después de una clase en la que apenas pudo hablar de los nervios, Laura se sentó, respiró hondo y empezó a hacerse unas preguntas diferentes:
¿De verdad soy un desastre por equivocarme?
¿Quién me dijo que tenía que saberlo todo ya?
¿Qué pasa si no entiendo algo?
¿Qué pasa si me equivoco?
Al hacerse estas preguntas, algo empezó a cambiar dentro de ella. Se dio cuenta de que no había ningún desastre. Solo había una persona aprendiendo, como cualquier otra. Y aprendiendo con valentía, a pesar de sus miedos.
El mantra que cambió todo
La gran revelación de Laura fue entender una verdad profunda y liberadora:
Si no sabía algo, no pasaba nada.
Si cometía errores, no pasaba nada.
Si no entendía a la primera, no pasaba nada.
Si no era perfecta, no pasaba nada.
No pasa nada.
Tres palabras que actúan como un bálsamo para el alma exigente, tres palabras que abren la puerta al verdadero aprendizaje.
Laura decidió convertir este pensamiento en su mantra personal. Lo escribió en una hoja de papel grande, lo pegó en su escritorio, lo puso como fondo de pantalla en su móvil. Y cada vez que surgía el miedo, repetía en voz alta o mentalmente:
«No pasa nada.
Si me equivoco, no pasa nada.
Si no lo sé todo, no pasa nada.
Si no soy perfecta, no pasa nada.»
Esta repetición no era solo un consuelo: era un entrenamiento mental para aprender con compasión, paciencia y alegría. Era un acto de amor propio.
¿Y sabes qué pasó?
Cuando Laura dejó de exigirse ser perfecta, empezó a atreverse a hablar más. Empezó a equivocarse más… y también a aprender más rápido.
Se dio cuenta de que equivocarse no solo no era un problema, sino que era necesario para avanzar.
El aprendizaje dejó de ser una fuente de angustia y se convirtió en un camino de descubrimiento y diversión.
Aprender un idioma no es solo un desafío intelectual: es, sobre todo, un viaje emocional.
Cada vez que tratamos de hablar en inglés y sentimos miedo de equivocarnos, no es el idioma el que nos asusta: son viejas heridas, miedos y exigencias internas que salen a la luz.
Nos han enseñado, muchas veces sin querer, que equivocarse es «fracasar», que no saber algo es «ser menos». Pero, ¿y si aprender fuera justamente lo contrario? ¿Y si equivocarse fuera una prueba de que estamos creciendo? ¿Y si no todo hiciera parte de la experiencia humana?
Este ejercicio no es solo para aprender inglés mejor: es para sanar tu relación contigo mismo/a mientras aprendes. Es un espacio seguro para mirar con cariño las voces que te exigen perfección, para soltarlas, y para construir un nuevo diálogo interno basado en la compasión, el respeto y la paciencia.
No estás roto/a. No eres un desastre. No tienes que saberlo todo. Estás en proceso. Estás vivo/a. Y eso, en sí mismo, es perfecto.
Este ejercicio es una invitación a caminar tu camino de aprendizaje repitiéndote a cada paso: 🌟 «No pasa nada.» 🌟
Prepárate: busca un cuaderno bonito o un espacio tranquilo, respira profundo… y empieza este viaje hacia una nueva forma de aprender y de vivir.
🌟 Ejercicio Profundo: «No pasa nada»
Objetivo:
Identificar las raíces de tu autoexigencia, transformar tu diálogo interno y aprender a acompañarte con amor en tu proceso de aprendizaje.
Parte 1: Observa tu diálogo interno
Reflexión inicial:
Piensa en la última vez que te sentiste frustrado/a aprendiendo inglés.
¿Qué estabas haciendo?
¿Qué pensaste de ti mismo/a en ese momento?
✏️ Escribe la situación y lo que pensaste:
Ahora haz una lista de las frases negativas que suelen aparecer en tu mente cuando te enfrentas a un error, una duda o un momento de dificultad.
Ejemplos:
«No sirvo para esto.»
«Soy tonto/a.»
«Siempre fallo.»
«No hago nada bien.»
✏️ Reflexiona y escribe.
Parte 2: Detecta las raíces profundas
Pregunta clave:
¿De dónde viene esa voz crítica?
Muchas veces, esa voz no es realmente nuestra, sino una herencia de lo que escuchamos en la infancia o de experiencias pasadas.
¿Recuerdas algún momento en que alguien te dijo algo similar?
¿Qué figuras de tu vida (padres, profesores, jefes) te transmitieron que solo eras valioso/a si eras perfecto/a?
¿Qué heridas emocionales podrían estar activándose cuando cometes un error?
✏️ Reflexiona y escribe.
Importante: No se trata de culpar a nadie, sino de entender de dónde vienen esas exigencias para poder soltarlas.
Parte 3: Reescribe tu historia
Ahora imagina que tienes frente a ti a tu «niño/a interior»: una versión pequeña, inocente y valiente de ti, que está aprendiendo inglés por primera vez.
¿Qué le dirías si ves que se equivoca?
¿Le gritarías que es un desastre?
¿O le dirías que está haciendo un gran esfuerzo, que equivocarse es normal, que está aprendiendo?
✏️ Escribe un mensaje de amor y apoyo a tu niño/a interior.
Ese mensaje que acabas de escribir… también es para ti. Hoy. Aquí y ahora.
Parte 4: Crea tu mantra sanador
Basándote en todo lo anterior, escribe tu mantra sanador para acompañarte en tu proceso de aprender inglés (y de vivir en general).
Ejemplos de mantras profundos:
«Soy digno/a de aprender, aun cuando me equivoque.»
«Mi valor no depende de hacerlo perfecto.»
«Cada error es una semilla de mi crecimiento.»
«No pasa nada. Todo forma parte de mi camino.»
✏️ Escribe tu mantra personal.
Parte 5: Ritual diario de sanación
Te propongo este pequeño ritual para integrar este cambio interior:
Cada mañana, al despertar, mira tu mantra escrito (puedes ponerlo en el espejo, en tu escritorio o en tu cuaderno).
Cierra los ojos, pon una mano en tu corazón y respira profundo tres veces.
Repite tu mantra en voz alta o mentalmente con intención y cariño.
Agradece a tu «yo presente» por tener el coraje de aprender desde el amor y no desde el miedo.
Duración: 3 minutos al día.
Efecto: Una transformación silenciosa pero profunda en tu forma de aprender, de relacionarte contigo y de ver la vida.
🌟 BONUS de profundización:
Un compromiso de amor propio:
Para cerrar este ejercicio, escribe una carta breve a ti mismo/a en la que te prometas ser tu mejor compañero/a de camino. No tu juez interior. Sino tu aliado incondicional.
✏️ Mi carta de compromiso:
Querido/a [tu nombre],
Me comprometo a acompañarme con amor en cada paso de mi aprendizaje.
A recordar que no necesito ser perfecto/a para ser valioso/a.
A celebrar cada intento, cada pequeño logro.
A decirme cada día: No pasa nada. Estoy creciendo. Estoy avanzando. Estoy vivo/a.
Con amor,
[Tu nombre]
🌿 Cierre emocional: Un nuevo comienzo
Hoy has hecho algo muy valiente: en lugar de juzgarte por tus errores, has elegido mirarte con amor.
En lugar de exigir ser perfecto, has recordado que aprender es, por definición, equivocarse, caer, levantarse y seguir.
Cada vez que reconozcas un miedo y te digas «No pasa nada», estarás rompiendo cadenas invisibles que te han atado durante años.
Cada vez que te permitas ser aprendiz en lugar de exigir ser maestro, estarás abriendo espacio para el verdadero crecimiento.
No importa si mañana vuelves a sentir miedo. No importa si dudas, si tropiezas, si a veces olvidas tu mantra.
No pasa nada.
Lo importante es que ahora sabes que siempre puedes volver a ti mismo/a. Siempre puedes elegir amarte más que exigir. Siempre puedes seguir caminando.
El inglés es solo una excusa maravillosa que la vida te está dando para recordar la verdad más profunda:
✨ Eres suficiente. Así, tal como eres.
Gracias por regalarte este momento de transformación.
El verdadero aprendizaje empieza aquí, y tú ya has empezado.
🌟 Confía. Camina. Y recuerda siempre: No pasa nada. 🌟
♥️ Conclusión
Tú también puedes hacer lo que hizo Laura. Hoy te propongo que tú también adoptes este mantra:
«No pasa nada. Si me equivoco, no pasa nada. Si no sé todo, no pasa nada. Si no soy perfecto, no pasa nada.»
Imprime estas palabras, escríbelas en tu agenda, pégalas en tu espejo, ponlas como recordatorio en tu teléfono. Hazlo visible. Hazlo presente en tu vida diaria.
Y cada vez que sientas que la frustración, el miedo o la autoexigencia aparecen, recuerda:
No pasa nada.
Cada error es una oportunidad para aprender.
Cada olvido es una señal de que tu cerebro está en proceso de crecer.
Cada vez que te atreves aunque tengas miedo, estás ganando mucho más de lo que imaginas.
No estamos aquí para ser perfectos. Estamos aquí para aprender, para vivir, para disfrutar del proceso.
Aprender inglés es como cualquier cosa importante en la vida, empieza por permitirnos ser imperfectos.
Empieza por darnos permiso para avanzar a nuestro propio ritmo, celebrando cada paso, por pequeño que sea.
Así que ya sabes: cuando dudes, cuando tengas miedo, cuando falles… sonríe, respira hondo y repite:
🌟 No pasa nada. 🌟